El concepto se basa en una descomposición lineal de los espacios y en la transición de los mismos para llevar al usuario de lo público a lo más privado, utilizando una secuencia rítmica de cartelas verticales, “Las escaleras”, medio por el cual se descubre cada uno de los espacios y en donde todo el programa se desarrolla a su alrededor, dando paso a diferentes actividades.

Dos jardines internos permeables y habitables nacen a los costados de este núcleo central, bañados por un gran tragaluz al centro del proyecto que nos permite un juego de luces y texturas en todo el interior de la casa.

La experiencia del usuario cambia en cada uno de los niveles de la casa conforme avanza sobre el núcleo de escaleras, y lo lleva a descubrir diferentes vistas, remates y sensaciones tanto al interior como al exterior.